lunes, 25 de abril de 2011

Carteia, jardín micológico.

Comienzan a florecer los acantos (Acanthus mollis). En este mismo lugar, la naturaleza nos brinda todos los otoños un espectáculo asombroso. Tras las primeras lluvias, comienza a brotar de la tierra una seta de extraordinario tamaño, la Leccinum Duriusculum.
José Ramón Sogorb, biólogo afincado en Algeciras, nos habla de ella " El otoño pasado ha fructificado generosamente, probablemente con mayor abundancia que los anteriores, por las abundantes lluvias de la primavera que permitieron un desarrollo vigoroso de los hongos. ¡Cómo asombra que en unos pocos metros cuadrados puedan fructificar tantas setas de la misma especie!. Ciertamente, es poco frecuente".


"En relación al 'Leccinum duriusculum f. robustum' /Lannoy & Estadés)(1994), vive asociado a las raices de los álamos blancos (Populus alba) y álamos temblones (Populus tramula). Es una seta de grandes dimensiones: con un sombrero que puede llegar a medir 24 cm de diámetro y un pie de 15 a 20 cm de largo y 6 a 8 cm de grosor, sobre todo en la zona media. El color del sombrero es grisáceo, algo parduzco. Al corte, la carne es blanquecina al principio, luego rosácea y finalmente, gris-negruzca, excepto en la base del pie, que es verde azulada".

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